A día de hoy me considero una mujer fuerte que se quiere y se respeta.
Pero no siempre fue así, durante un largo periodo de mi vida dediqué tiempo, esfuerzo y dinero a intentar ser madre y a pesar de los múltiples tratamientos los problemas de fertilidad no se arreglaban derivando en problemas maritales muy desagradables. Esto me hizo darme cuenta de lo que me había abandonado, me olvidé por completo de mis necesidades, deseos y todo lo que me hacia feliz.
Durante mucho tiempo sufrí por no poder ser madre, me sentí perdida y sin rumbo hasta que un día decidí terminar con esa situación, romper con todo y volver a empezar siendo una mujer valiente y auténtica, sin miedos, que sonríe a la vida y se valora.
Tras mucho esfuerzo, trabajo, estudios y ayuda encontré mi camino y decidí añadir a mi vida profesional como psicóloga la formación de coach de vida.
A día de hoy gracias a mi formación y experiencia dedico mis conocimientos, terapias, tiempo y esfuerzo a acompañar a mujeres en esa etapa de la vida en la que tienen claro lo que quieren y que buscan aprender a amarse a sí mismas.